domingo, 22 de febrero de 2015

Noche de ramadán

Una de mis experiencias más interesantes ha sido visitar Marruecos en Ramadán. He tenido la suerte de poder vivirlo dos veces, y las dos han sido inolvidables.

El sol se oculta suavemente detrás la Kutubía, alejándose hacia los palmerales. En la terraza del café de la France se agolpan unos cuantos turistas saboreando el dulce té con menta y contemplando el atardecer.

Desde los cientos de minaretes empiezan a oírse los cantos de los muedines, llamando a los fieles para el rezo del atardecer. De repente, las calles se llenan de gente, hombres que salen de todos los lugares, dirigiéndose hacia las mezquitas. 

La plaza de Jemaa el Fna, y supongo que todas las plazas, se quedan casi vacía mientras se llenan las mezquitas, y los turistas, entre curiosos y ajenos, seguimos disfrutando de nuestro té con menta, esperando a que los restaurantes vuelvan a abrir para dar buena cuenta de una cena.


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